Ayúdame

La honestidad nos libra o nos mata

 Con 3 horas faltantes para el siguiente vuelo de conexión ninguna palabra se sentía natural.

- "¿Te gustó la botana del avión?"

- "¡No! y sabes que me choca viajar y aún así insististe que fuera contigo a ciudad de México a visitar a tus papás!"

- "¡Pues es que quiero que los conozcas, Julia! Dame eso al menos"

Sus semblantes cambiaron instantáneamente y el silencio volvió a invadir el espacio entre ellas.

Una mirada más al reloj mostró exactamente lo mismo que hace 1 hora, nada se movía, todo se sentía atascado

"Esta es la peor parte de viajar, pasando esto podremos avanzar" pensó Rosa. 

- "Voy a comprar una botella de agua ¿Se te ofrece algo?" -- preguntó Rosa con voz sumisa.

- "No, gracias" -- respondió Julia.

El caminó de la sala de espera a la tienda se volvió más que un camino de reflexión. Rosa solo pensaba en salir de todo eso y volver a la normalidad.

- "Si me calmo podré llegar a la tienda sin llorar" pensó.

Respiró profundo y siguió caminando. El llanto llegaba en oleadas que ella contenía heroicamente como una roca.

Cuando Rosa llegó a la tienda se dio cuenta de que no tenía dinero y se devolvió corriendo a hablar con Julia.

"Julia, se me cayó el dinero del pantalón y me robaron el celular y no te dije pero me clonaron la tarjeta antes de venirnos y se me perdió la INE, los boletos para venir a CDMX me los cobraron doble y están a punto de correrme de mi depa. No tienes idea de que tanta verga valgo ahorita mismo, no tienes idea de que tanto necesito que algo salga bien

mi vida es un caos ahorita mismo, estoy a punto de explotar en llanto y hacer una escena, solo dime

dime, porfa

dime, por lo que sea

dime, solo dime

dime, por lo que más quieras

que te gustó la botana del avión"

Julia, sonriendo y con todo el amor que se permitió en ese momento, contestó:

- "Es la peor botana que he probado en mi puta vida"

❤️

Habla con la gente

Dos mil diecinueve y un arreglo de fiesta

Sentados en circulo con una mano ocupada sosteniendo la bebida era como habíamos terminado esa noche. Las intenciones de todos estaban expuestas y me eran indiferentes.

Miré mi reloj y me di cuenta que eran las 2AM, ya era hora de irme a dormir, todo me aburría, soy humano por lo tanto nada de ellos me sorprende.

Pensaba quitarme la vida ¿Exagero? como todos alguna vez, supongo, solo que esta vez me daba mucha paz pensarlo. Se sentía bien pensar en que ya no tendría que preocuparme por ninguna de mis situaciones actuales ni pasar vergüenza nunca más.

Me fui a despedir de mi amigo y a darle las gracias por haberme invitado.

"No has tenido tiempo de reflexionar, sigues consumiendo toda la información que ves en diferentes pantallas sin ninguna pausa y sin cuestionarlo, no has estado a solas contigo y en verdad lo necesitas, detén un segundo todo y habla contigo mismo hasta que no seas un extraño para ti mismo"

De regreso a mi casa el chofer del Uber me contó como su mamá vendía empanadas de calabaza en un pueblo llamado San Miguel y que cada vez vendía menos por que la gente huía de ese lugar hacia la ciudad donde podía haber más probabilidades de tener una mejor vida y que soñaba con no tener que preocuparse por su mamá y su bienestar. Le dije que si lo volvía a ver le compraba una docena de empanadas y me despedí amablemente, aunque con las intenciones que tenía en mente todo eso era una mentira.

Aunque...

Tal vez...

Quizá y...

Tal vez y...

Sí valga la pena probarlas. 

Luego le di un review de 3 estrellas porque no paró de hablar

Pero igual y le agradezco mucho la platica.

Espero nunca volvérmelo a topar.